Still the same

Mi mamá cree que me volví superficial. Que dejar de ser Ophelia y pasarme a una nueva plataforma para hablar de moda (y sin apodos) me convirtió en una especie de persona sin alma, que ahora solo se interesa por cual color está de moda, y por cómo se escribe todo objetivamente.

Pero no sabe que en mi mente fluyen ideas a diario, como lo hicieron siempre, entre coffee breaks y lecturas del Reader. Que sigo sobrepensando las cosas como diría mi amigo, ahora un poco más distante, Marx. Que no dejo de pensar que muchas veces hay algunas injusticias, y que tardé seis meses en decidirme a dejar mi último trabajo para por fin animarme a hacer lo que más me gusta hacer, escribir. No tanto con sentimientos y excesos de adjetivos, pero con el fin de no perder esa pasión que tengo que es escribir.

Sí, se que pasó muchisimo tiempo y a lot of water under the bridge, que cambié, que hablo más y escribo menos, pero eso no necesariamente es algo malo.

Así, en busca de un equilibro entre aquello y esto retomo Ophelia, como lo hacía un largo tiempo atrás. Cambiada, sí. Pero la misma.

La que piensa, la que lee, y la que por sobre todas las cosas escribe.

* * *

Muchas veces la familia cree que somos una persona que no es así en la práctica. Quieren que nos volvamos médicos, abogados, que sepamos trabajar con los números o con las letras. Pero cuando lo llevamos a cabo our way, no lo estamos haciendo bien. Por más que amemos lo que hacemos, muchas veces nuestros padres no entienden. ¿O somos nosotros quienes no sabemos explicarlo?

Quienes tengan una profesión "no tradicional", sabrán lo que digo.

Día a día perdemos minutos que al final del mes son horas, y en el año son semanas, explicando a una y cada una de las personas que lo que hacemos es igual de válido que lo que ellos hacen.

Al fin y al cabo no somos lo que nuestros padres planearon, somos nosotros mismos. No somos what they expect, sino lo que nosotros creamos. Somos mucho más que lo que educaron nuestras familias.

¿Vos cómo sos?

xoxo

Ophelia.-