Friday, September 12, 2008

Felices mil visitas!

Hola continuos lectores, fieles seguidores, amigos, familiares y demás.

¡Hemos llegado a las 1000 visitas!

Qué feliz que me pone pensar que literalmente entraron mil veces a mi blog, y que leyeron, y se rieron, se enojaron o quizás no les produjo nada, pero me leyeron.
Les quiero agradecer muchísimo por formar parte d emi vida y por eso les quiero contar una anécdota, bastante vieja de una aventura que tuve con dos amigas alla por el año 2000.


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A mi me gusta mirar

Fue en el verano del 2000, ese Y2K que nos iba a romper los moldes, cambiar los sistemas tecnológicos y que a la hora cero del día 1 nos ibamos a quedar sin bancos, sin internet, sin televisores, sin relojes, sin computadoras, sin cajeros automáticos y sin ICQ!
Habrá sido enero, porque en febrero yo me fui de viaje, mi amiga Cala y una compañera nuestra de remo de esa época estabamos muertas de calor en el club y muy aburridas. Habíamos lleado relativamente temprano para ir a tomar sol a la isla, y meternos en el lago y pasar una excelente tarde de "playa" cuando nos dimos cuenta de que era jueves y que no había lago, porque los jueves lo limpiaban!

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Cala es una chica muy deportista, de chica hacía natación y en ese entonces hacía remo; yo la había conocido en la colonia cuando tendríamos 4 años, y después no la vi nunca más hasta el '99 que la re-encontré en remo y ella me re-conoció. "Es que Ophelia no es un nombre que te podés olvidar..." Eso dicen. Yo creo que me sentí muy Rory cuando viene su excompañera Paris y se le muda en el departamento y le dice que su tutor de feng shui le dijo que su jornada con ella no había terminado.

Es que fue muy así, en parte también.

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Pero volviendo al tema de ese jueves de enero que debería hacer como 30 grados a la sombra. Mi amiga Cala que es muy deportistas tuvo la fantástica idea de alquilar una canoa canadiense, de esas que son tan grandes que si te pasa un arenero por al lado te deja lugar, y que las tres salgamos a dar una vuelta hasta el canal que se llama "El Pajarito" y que ahí ibamos a poder refrescarnos. La única condición era que nos turnáramos para remar. La otra chica que estaba con nosotras era también deportista, y por supuesto acordó hacer lo necesario. Yo también, sin pensar que cuando estuvieramos en el medio del Lujan, con la corriente que te tira para cualquier lado el botecito nos iba a pesar una tonelada yla fuerza que ibamos a tener que hacer yo no la tenía en mis brasos (ni en ningún lado).

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Y así nos fuimos, las tres bajo el sol, en la Canadiense, remando, empujando el agua con nuestras palas, salpicándonos, contentas y sin calor. Llegamos al famoso Pajarito, nos tiramos al río, nadamos un poco, nos quedamos charlando un largo rato hasta que eran como las 5 de la tarde y decimos retomar el camino para volver al club.

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Había un poco de viento a la vuelta y yo, sinceramente, estaba muy cansada y mi pala era muy corta y tenía que estar semi parada para poder tocar el agua, asique opte por cruzar la pala en la canoa y recostarme para no hacer resistencia contra el viento. Como venía sentada en la parte trasera ninguna de las dos chicas se dió cuenta, hasta que la chica que venía en el medio se dió vuelta y se rió y tambié cruzó su pala.

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Mi amiga Cala con toda su fuerza cruzó el Lujan, con toda la corriente y todo el viento que había. Cuando llegamos del otro lado dice "Estaba re pesado el bote, vieron?" Y cuano se da vuelta nos ve a nosotras dos vagas tiradas en la canoa tomando sol. Se enfureció un montón. Pero cuando llegamos a la rampa ya se había calmado. Tuvimos que bajarnos para entrar la canoa, y yo tenía unas clazas puestas que me molestaban asique me las saqué. Me quedé con una remera grande y la bikini abajo. Nos pusimos las tres las ojotas y a la cuenta de 1, 2, 3! levantamos la canoa por encima de nuestras cabezas y empezamos a subirla.

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Recién a mitad de camino me percato que el equipo ENTERO de rugby del club estaba sentado al costado de la rampa, y obviamente uno de los chicos que iba conmigo a inglés (y que btw me encataba!!) estaba también ahí y cuando me reconoció -a pesar del aspecto que tenía yo llena de barro y empapada- me llamó. A lo que yo, Lady-Godiva-like, dejo soltar la canoa (que de todos modos no venía casi no tocando, porque como les decía no tengo tanta fuerza) y me doy vuelta para hablar con ese susodicho.

Cuando ve mi actuar, este susodicho se ríe y me pregunta que estabamos haciendo y si podía sacar un bote para salir a daruna vuelta con ellos "ya que vos sabés remar", me dijo. A lo que yo le respondí "no se cuánto se remar, a mi me gusta más mirar". Creo que él no me entendió mucho lo que quise decir y como las chicas me llamaban desde arriba lo saludé y subí la rampa. Cuando estaba en la cima me di cuenta que todavía no me había vuelto a poner las calzas y que la remera larga y sucia que tenía a duras penas llegaba a mis caderas. '¡Qué papelón!'

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A este susodicho no lo volví a ver muchas veces, salvo quizás en Pinamar, en un viaje que hice con unas amigas en que me lo encontré. Quizás intercambiamos unos besos más, pero ahora ronda por la vida muy enamorado -según me contaron - y yo no creo haberme perdido nada.

A mi amiga Cala la veo de cuando en vez, y casi nada, pero se que nos extrañamos, es una excelente persona!


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¡Gracias a todos por las mil visitas!
Con cariño,
Ophelia.-

1 comment:

Paula Albornoz said...

buenisima anécdota Ophelia y la verdad es que ese nombre no es fácil de olvidar. Felicitaciones por las mil vicitas me encantaría lograr algo así...TKM Pauli