Saturday, July 19, 2008

Encuentro


Para seguir con la historia que empecé a contar de manera muy breve anoche, voy a empezar por decirles que estaba leyendo, hace un rato, un post de Alicia en "A ver si nos entendemos", del miercoles 21 de febrero de 2007 y me acordé de la vez que volví a verlo a Él. 

Lo conocí en un instituto hace unos años, y el y yo seguimos yendo. Hacía bastante que no lo veía en ningun lado, quizás habiamos hablado un par de veces por messenger (comprendiendo que los tiempos modernos te facilitan pero a la vez dificultan), pero verlo verlo no. Puede que haya pasado varias veces con el auto por su casa, pero nunca alcancé a ver si estaba, o si salia, siquiera si andaba caminando por ahi. 

Un viernes a la tarde estaba en mi clase sentada en el último banco del salón cuando alguien toca la puerta. Cuando se abre veo que es él, vestido con camisa, como a mi me gustaba, y de forma instantánea se pone colorado. Sonrio como quien ve a un conocido que le interesa poco, porque en mi clase, incluso en el instituto, nadie sabe que tuvimos una corta historia el año pasado. Habla con la profesora y se para del lado de afuera del salón mirando hacia donde estaba. Con su mano izquierda me saluda, y yo vuelvo a sonreir. Por dentro estoy sientiend un profundo dolor, por fuera parezco una estatua, una Nereida. Yo sigo con las cosas que tengo que hacer, para que cuando se vaya y cierre la puerta yo siga en lo mio. 

Después de, por lo menos, unos diez minutos me empiezan a transpirar las manos, porque no puedo dejar de pensar que lo volvi a ver, después de tanto tiempo, y lo encontré igual que como lo había dejado, o más lindo. Para que se den una idea, Él es muy alto, muy rubio, con unos ojos que no son solamente azules, sino que siempre están brillando, pero a su vez es un poco torpe y otro poco tímido. No hay forma de que pueda ser más lindo, pero lo estaba, ese día te juro que lo estaba. Pasados unos minutos más me puse colorada y temblaba de frio, me empezó a dar vueltas la clase y mis compañeras se dieron cuenta que no me sentía muy bien. No escuchaba completamente todo lo que decía, mi estómago daba vueltas calesitosamente, me dolía todo el cuerpo, me dolía Él en todo el alma, se esparcía como una droga, como algo que me faltaba, como algo que todavía quería, como algo más allá de él y de mi. 

Mis compañeras me convencieron que saliera a tomar aire porque después del frío vino el calor y me había sacado toda la ropa que tenía de abrigo (era invierno). En cuanto me paré sentí que todo mi cuerpo se debilitaba y mis piernas no podían aguantar mi peso. 

Todos esos síntomas que eran completamente nuevos para mi, me mostraron cuanto necesitaba a Él y que tan lejos estaba de volver. Probablemente muchas de ustedes (si es que hay un ustedes allí, del otro lado) hayan sentido algo similar, más fuerte o menos fuerte, más exagerado o menos pronunciado, pero es algo que todas al menos una vez en la vida lo sentimos. Yo que siempre fui enamoradiza pensé que ya me habían pasado las peores cosas, pero como esta nunca. 

¿Será que realmente estaba enamorada de Él?




No comments: