Monday, August 4, 2008

El infierno son los otros

"Red like fire was the day I met you.
I tell you now, there are no regrets.
In this room there are many memories.
Some are good, some I try to forget.
I thought we were the chosen ones,
who were supposed to fly."

Roxette




Hay días en los que pretendemos ser otras personas. Quizás nadie lo ve desde afuera, pero nosotros sabemos que ese día somos más comprensivas, menos peleadoras, más sensibles, más eufóricas, menos distraidas, más descuidadas. No, no me refiero a "esos días" en particular, sino un día que nos levantamos sintiendo algo distinto de lo que veniamos diciendo que sentíamos.


Un día como hoy, un día como el jueves. Sin pensar, y sin realmente considerar que lo que hacía estaba mal, porque yo estaba enojada, mad to the bones, tanto que lo había borrado de mi mente de mi memoria, como si no existiera. Pero un día en que decidí ser ciega, sorda... pero no muda. Soñé y soñé hasta que me cansé y le escribí diciéndole que había soñado. Que no se porqué había soñado, pero que había sucedido así y que me resultaba raro pero que al otro día me levanté como si no estuviera más enojada, y que evidentemente estar enojada iba más allá de que Sud me hubiera mentido, me hubiera engañado y se hubiera pasado de vivo. Menos mal que tengo a mi amiga de rulos negros que sabe decriptar su lenguaje y explicarme que evidentemente me seguía mintiendo.
Mi amiga de rulos, mi hermana elegida, mi compañera playera, my Sis, siempre supo que yo estaba enojada y que los hombres son todos unos idiotas y que mierda que nos cagan así. Pero a la vez sabía -y sé que sigue sabiendo- que al amor no podés engañarlo con etiquetas negras de odio. Que no importa que color sean los filtros que ponés adelante de tu corazón, porque él sabe por quien latir más fuerte.

* * *

Asique, me olvidé que le había escrito un mensaje, que le había contado lo que me pasó y seguí como si nada en mi vida. Sin darme cuenta que en el fondo estaba esperando que me respondiera, porque cuando abrí mi casilla de mails, y vi su nombre, me ensordecí, mis ojos se llenaron de lágrimas y mis manos se congelaron. Blancas, azules casi.

Y no, no me decía nada que yo esperaba, no me decía que siguió con su vida, no me decía lo que yo ya sabía, porque mi Sis la traductora me lo había dejado claro, no me contaba nada de su vida, más allá de que piensa en mi más de lo que yo creo, que sueña conmigo también, y que reza por mi todas las noches. Pero no me dice la verdad que yo ya sé, y sé que me oculta. Y no me enojo. Al contrario, lloro. Lágrimas. Porque en sí no me importa todo eso que yo ya sé y no necesito que me diga, sino porque me dice que sueña conmigo y me dice que piensa en mí.

* * *

Mi lado bueno e ingenuo me lleva a decirle a mi mejor amiga que no puedo parar de llorar, que estoy mal porque este tipo que vive del otro lado del planeta me escribió! Y ella qué me dice? Que soy una pelotuda, pero con palabras más sutiles. Y yo me enojo, encaprichada de leer que mi mejor amiga piensa que mi protohumano-amor-imposible es un maldito. Y sí, me voy a duchar porque ahí puedo llorar sin que nadie me escuche, o me pregunte porqué tengo los ojos rojos. Pero no lloro. No. Ni una lágrima. Y al contrario, pienso 'que bueno amiga que no somos carbon copies of each other, que bueno que complementas con dureza mi lado ingenuo. Perdoname que fui amarga, pero no cabe en mi sentido cuando hablan mal de mi protohumano.'

Y mi evil side, se alegra que Sud piense en mi y que sueñe conmigo, que buena tortura que ni Dante hubiera pensado para los infieles en su Infierno, y sí Sartre "l'Enfer c'est les autres". En sus sueños se acuerda que yo fui su amor ideal y que nunca va a mirar a nadie como me miró a mi. Que buen castigo. Te lo merecés. Acordate de lo que nunca vas a volver a tener.




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